N´SOLITO:
Por. Darisho Martinez.
Por. Darisho Martinez.
Tienen entre 6 meses y 17 años de edad y ahora están bajo custodia legal. Fueron rescatados a principios de abril de una agrupación religiosa de Texas acusada de abusos sexuales. Hay dificultades para establecer los vínculos familiares porque los nenes identifican como su madre a todas las mujeres del lugar.
En el ámbito judicial consideran que se trata de uno de los mayores casos de custodia de la historia de Estados Unidos. Y no es para menos: hay que determinar con exámenes de ADN quiénes son los padres de 416 chicos y adolescentes rescatados a principios de abril de una secta poligámica en Texas. A esto se suma que los adultos reclaman a los chicos, pero confunden a las autoridades con datos filiatorios falsos. El caso es digno de una novela de ficción. Pero en este caso es real. El 2 de abril pasado el Servicio de Protección al Menor intervino en un rancho de Texas para recuperar a los menores de la agrupación religiosa, llamada Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Ultimos Días, ya que descubrieron que sufrían abusos sexuales o corrían el inminente peligro de sufrirlos. Las autoridades efectuaron la redada policial tras recibir varias llamadas de una adolescente de 16 años que dijo haber sido víctima de abusos físicos y sexuales, y que la habían obligado a casarse con un hombre mayor. Si bien los integrantes de la secta lo negaron, diversos documentos judiciales revelaron que las nenas eran obligadas a tomar como pareja a hombres mucho mayores que ellas en cuanto llegaban a la pubertad. Es más, varias de las adolescentes rescatadas están embarazadas. Las leyes de Texas prohíben la poligamia y los matrimonios de nenas menores de 16 años. Al recuperarlos, las autoridades agruparon a los chicos entre hermanos y evitaron exponerlo demasiado al mundo para no perjudicarlos ya que crecieron prácticamente recluidos en el rancho que tenía la secta en un paraje desolado llamado el "Anhelo de Sión". El viernes pasado la juez concedió dos días de vista a las supuestas madres, pero decidió que los chicos permanezcan por el momento bajo custodia del Estado. Sin embargo, las mujeres reclaman la devolución de los menores. El problema para la Justicia es enorme porque no se sabe a quién pertenece cada chico. Los servicios sociales tenían dificultades para establecer los vínculos familiares ya que los menores identifican como su madre a todas las mujeres del rancho. Ante esta situación, la jueza Barbara Walther ordenó someter a pruebas de ADN a los chicos y a los adultos, para de esa manera cotejar resultados y determinar a quiénes pertenecen. Los exámenes comenzaron hoy, pero según el vocero del Servicio de Protección al Menor, Darrell Azar, el proceso podría prolongarse durante tres o cuatro días debido a la gran cantidad de muestras que hay que tomar.
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