En la celebración del Carnaval Dominicano se aprecia, en particular en los atuendos y disfraces, una mezcla muy variada por regiones de elementos y tradiciones africanas traídas por los esclavos transportados al Nuevo Mundo y las costumbres y ropajes europeos de sus amos y colonizadores.
Se confunden en las festividades los diablos cojuelos, con sus trajes de capa cubiertos de espejos, cascabeles y cencerros, que ridiculizan a los señores medievales, con los platanuses y otros disfraces netamente africanos, así como un sinnúmero de manifestaciones de la creatividad popular.
En la República Dominicana la celebración del tradicional carnaval que precede a la cuaresma se encuentra entremezclada con la conmemoración de la Independencia Nacional.
En los festejos populares de las calles participan todos los miembros de la sociedad, trasladándose algunas personas de una localidad a otra y viajando cientos de kilómetros para participar de las distintas costumbres del carnaval en cada región.
En pleno apogeo colonial se celebraban los carnavales de carnestolenda, pero también como culminación de grandes acontecimientos y festividades religiosas, en honor a San Juan Bautista, Las Mercedes, San Miguel, San Carlos, Corpus Christi, entre otros.
El carnaval se transforma a partir del presente siglo, sobre todo a mediados, con los cambios socio-económicos-políticos-urbanos de la ciudad, donde el pueblo surgirá como un protagonista fundamental.
Mientras en la calle el Conde y los clubes privados se va a expresar el carnaval de las élites europeizadas, el Parque Enriquillo va a convertirse en el centro del carnaval popular, de donde van a surgir una rica cantidad de personajes, como:
Se me muere Rebeca | |
Califé | |
Los Indios | |
Los Africanos | |
Los Ali-Baba |
entre otros, donde van a particularizarse los Diablos Cojuelos, dentro de un proceso de mulataje y criollización.
El área principal de celebración es la amplia avenida George Washington, a orillas del Mar Caribe, en el denominado malecón.
Allí se acondicionan plazas para numerosos eventos y la zona se convierte en una enorme fiesta que se prolonga por varios días (típicamente el fin de semana más cercano al 27 de febrero).
Concluye con un gran desfile por el malecón de carrozas y comparsas de colores llamativos al ritmo de merengue, deslumbrando a los espectadores y contagiándolos con su baile.
Hoy en día, hay carnavales para Febrero y para Agosto, manteniendo así una tradición cultural-artística-social.
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