darishomartinez@hotmail.com
De eso no se habla (sobre todo en las fiestas)
No me atrevería a decir que ya desde la época de los garrotazos, pero imagino que si no lo fue, hubiera sido muy conveniente. Se suele decir que para mantener una buena relación en cualquier círculo es bueno considerar la omisión de ciertos argumentos. Sobre todo cuando los ánimos están caldeados, o por el calor o por la economía (que no siempre, para todos equitativamente, ha sido un lecho de rosas, precisamente).
Entre los hombres y ciertas mujeres propensas a defender las ideas a ultranza, es preciso prescindir de las ganas de hablar sobre temas tales: como religión, política, sexo porque puede elevar la temperatura de la charla a decibeles para nada recomendables.
Y si aún la cosa se presenta igual, tener a bien recordar el tacto porque a veces, por efectos varios una puede enfervorizarse y bueh…puede hacer naufragar un intento de festejo, por ejemplo. O pueden hacer de algunos un verdadero dolor de cabeza.
Sobre todo los cumpleaños, bautismos, casamientos, o fiestas navideñas y de fin de año, a los que estamos llegando otro año más. En los cuales, se reúne mucha familia y se incluye a aquellos familiares que no se han visto en mucho tiempo.
Alguna gente mayor, en general y salvo honrosas excepciones, es un poco reacia a nuevas tendencias. Y por desgracia, muchos, no quieren anoticiarse de que las nuevas tendencias cambian a una velocidad deslumbrante todos los días.
Por lo tanto se aferran a sus conceptos que con toda buena intención quieren compartir. Son de los tíos que nunca faltan, de los abuelos que nunca faltan o de los amigos/tíos postizos de las grandes familias de antes, que aún quedan y tampoco nunca faltan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario